HISTORIA DE SICILIA
Una isla donde la historia no se estudia: se vive
Situada en el corazón del Mediterráneo, Sicilia ha sido durante siglos un punto de encuentro y de conquista para imperios, culturas y religiones. Su historia milenaria no se limita a los libros: se revela en sus ruinas majestuosas, en sus calles empedradas, en su cocina y hasta en su idioma.
Civilizaciones antiguas, raíces profundas
Antes de que Roma conquistara el mundo, Sicilia ya era un centro estratégico para fenicios, griegos y cartagineses. Las huellas de esta etapa aún se pueden ver en los imponentes templos dóricos de Selinunte y Agrigento, algunos mejor conservados que los propios de Grecia. La ciudad de Siracusa, antigua metrópolis griega, rivalizaba en esplendor con Atenas.

De Roma al Islam, del cristianismo al barroco
Con la llegada de los romanos, Sicilia se convirtió en el granero del Imperio. Posteriormente, fue conquistada por bizantinos, árabes y normandos, cada uno dejando su impronta en la arquitectura, la gastronomía y la cultura. La coexistencia de mezquitas, iglesias y castillos normandos da testimonio de esta rica superposición cultural.
Las catedrales de Monreale y Cefalù, con sus mosaicos bizantinos, reflejan esta fusión artística entre oriente y occidente. Y en cada mercado o plaza, aún resuenan palabras árabes y costumbres españolas.
Sicilia, escenario de imperios
Durante siglos, Sicilia fue codiciada por su posición geopolítica y su riqueza agrícola. Españoles, franceses y borbones gobernaron la isla hasta la unificación de Italia en el siglo XIX. Cada dominación sumó capas a su identidad, haciendo de Sicilia un crisol único de lenguas, estilos y tradiciones.
Durante la Segunda Guerra Mundial, fue clave para el avance de los aliados en Europa, con el famoso desembarco de 1943 en sus costas.


Un museo vivo bajo el sol
Recorrer Sicilia es caminar por una línea de tiempo viva. Cada colina puede esconder una necrópolis; cada pueblo, un legado ancestral. Desde los teatros griegos de Taormina y Siracusa, hasta las callejuelas barrocas de Ragusa Ibla o las villas romanas de Piazza Armerina, todo en esta isla respira historia.